Fin
Cuando el sol comenzó a chisporrotear, el mundo siguió su curso como si nada, Cuando el sol comenzó a crecer, se activaron los telescopios. Los científicos, emocionados, se pusieron a investigar el fenómeno. Cuando comenzaron las explosiones en cadena, todo el mundo, menos ella, entró en pánico. El fin del mundo era evidente. Solo ella permanecía serena. La cabeza se había rendido a la evidencia: no había nada que hacer. Pero más abajo, en lo más hondo de sus tripas, ella sentía que todo estaba bien.